Existen dos normativas europeas que hacen referencia a los cascos: EN-397 y EN-12492.
Cascos para industria (EN-397): Esencialmente esta norma exige que los cascos presenten una carcasa de policarbonato de alta resistencia a los golpes mecánicos, que si presentan barboquejo, éste se suelte al ejercerse una fuerza de tensión mayor a 25 daN (minimizando el daño al operario si el casco se engancha durante una caída o un descenso) y que protejan de proyecciones de metal en fusión, de riesgo eléctrico, deformación lateral y puedan utilizarse a bajas temperaturas.
Cascos para trabajos verticales: Los trabajos verticales no tienen una normativa específica que regule las características de los cascos empleados. No obstante, es obvio que un casco para trabajos verticales deberá llevar barboquejo y deberá presentar una carcasa resistente a los golpes mecánicos y a la deformación lateral. Según la naturaleza de las tareas será preferible que presente ventilación o bien protección frente a proyecciones de metal en fusión y frente al riesgo eléctrico.
La asociación nacional de empresas de trabajos verticales recomienda rotundamente la certificación EN-397, puesto que esta homologación parte de la consideración del casco como un EPI (Equipo de Protección Individual) para el trabajo.
Cascos para rescate, alpinismo y escalada (EN-12492): Esta norma exige que los cascos presenten una carcasa de policarbonato de alta resistencia a los golpes mecánicos, que el barboquejo sea muy resistente y sólo se suelte a fuerzas mayores a 50 daN y que presenten ventilación (quedando sin protección frente a proyecciones de metal en fusión y frente al riesgo eléctrico).
Figura 3: Ejemplos de cascos aptos para determinados trabajos verticales (EN-397 con barboquejo). Vertex ST a la izquierda y Extol a la derecha.